Mantequilla Nápoles, ídolo del boxeo nacido en Cuba y consagrado en México, encontró en Ciudad Juárez su refugio final. Campeón mundial con una técnica tan fluida como su apodo, dejó un legado imborrable en el boxeo nacional y en los corazones fronterizos, donde su presencia aún se recuerda en lugares como los históricos Baños Roma.
