En 1913, Pancho Villa tomó Ciudad Juárez sin disparar un solo tiro, ocultando a sus tropas en un tren de carga que hizo pasar por refuerzos. Conocida como la hazaña del "tren de Troya", esta maniobra demostró su astucia militar. Aunque muchos lo imaginan como un bebedor de tequila, Villa en realidad detestaba el alcohol y celebraba sus victorias con malteadas de fresa traídas desde El Paso.
